Cómo tomar mejores decisiones.

Cómo tomar mejores decisiones.

La integración del Pensamiento Sistémico es una de las experiencias más importantes que he tenido desde el punto de vista intelectual y, sin embargo, es a la vez un conocimiento con una modesta pretensión de aplicación inmediata. El análisis de sistemas trata de la complejidad, de las relaciones circulares y de los sistemas interrelacionados. Es por lo tanto en la visión de conjunto que nos aporta, donde está su verdadero valor.

Para poner un símil comprensible, imaginemos a una persona que durante un periodo largo vive expatriada por motivos laborales, universitarios o de cualquier otra índole. Sin duda la experiencia de un nuevo país, una nueva ciudad, un nuevo idioma, una nueva cultura, tienen un impacto enorme en su modelo mental, en su manera de entender la vida (Adam, Obodaru, Lu, Maddux, & Galinsky, 2018).

Los modelos mentales y el pensamiento sistémico

Los modelos mentales representan la visión que una persona tiene sobre el mundo, incluyendo el entendimiento explícito e implícito. Los modelos mentales son el contexto en el cual ver e interpretar el material nuevo, y determinan que información almacenada es relevante en una situación dada (Klein, 2017) A partir de esa experiencia, esa persona a su regreso, encontrará todo un conjunto de cosas que de pronto carecen de significado y por el contrario, otras adquieren de pronto una importancia inexistente hasta el momento.

Si por utilidad entendemos aplicabilidad inmediata y directa, definitivamente no nos encontramos ante una disciplina “práctica”. Si por el contrario somos capaces de intuir la extraordinaria importancia que tiene tomar decisiones más adecuadas en el día a día, seremos capaces también de valorar su aportación. En palabras de Jay Weiss, Vicepresidente de Sagebrush Wireless Holdings “El Pensamiento Sistémico es un herramienta de increíble valor para entender entornos de negocio complejos y desarrollar las, en ocasiones, prácticas no convencionales capaces de propulsar los negocios hacia delante”.

El Pensamiento Sistémico modifica nuestro modelo mental, la forma en cómo interpretamos la realidad y en definitiva nuestras decisiones posteriores y la manera como enfrentamos las situaciones. Sin duda podríamos hablar de muchos aspectos que tienen que ver con ese nuevo modelo mental. Yo quisiera resaltar los que a mi juicio son los tres principales.

Las tres razones para adoptar el pensamiento sistémico

El modelo mental: Linealidad versus circularidad.

La principal aportación de la Teoría de Sistemas, es sin duda el tratamiento que hace de la circularidad, de las interrelaciones entre los diversos elementos que forman un sistema, de la visión global necesaria para entender el funcionamiento de los conjuntos, para entender su dinámica. Esta visión de la realidad, esta visión del mundo, nos permite afrontar ciertas decisiones, con la suficiente cautela, como para no cometer errores derivados de un exceso de simplicidad. El hecho de que puedan existir relaciones causa-efecto aparentemente dominantes, no nos debe hacer olvidar la importancia de considerar los matices.

La actitud mental: Absoluto versus relativo.

Como consecuencia lógica de la complejidad, nos encontramos con la certeza de que no existen decisiones óptimas absolutas, no existen análisis perfectos, no es posible la previsión total, en definitiva, no podemos esperar ni tan siquiera pretender un nivel de seguridad total. El resultado es la flexibilización de nuestros juicios, la permisividad ante otros modelos mentales, la apertura y aceptación de la diversidad. Ni que decir tiene el impacto que dicha actitud mental puede tener en nuestra capacidad de generar nuevas opciones, nuevas soluciones a los problemas, en nuestra capacidad de adaptación, de admisión de nuevos enfoques.

La perspectiva mental: Comportamiento en el tiempo (BOT).

Derivada de la Teoría de Sistemas, la Dinámica de Sistemas nos permite entender el comportamiento en el tiempo de los sistemas. La comprensión de los bucles de realimentación, las demoras o la importancia de la información, por citar tres aspectos fácilmente comprensibles, nos permiten especular sobre el comportamiento probabilístico de las organizaciones humanas. Con frecuencia las cosas se explican más que por lo que son, por cómo han llegado a serlo. De igual forma se pueden modificar realidades a través de pequeños cambios incrementales (adaptaciones), en ocasiones más sostenibles que las grandes revoluciones.

De manera paralela, nuestras decisiones deberán estar más relacionadas con las expectativas de evolución de las situaciones, que con las características concretas del momento en el que esa decisión se toma. Son decisiones más “templadas”, más flexibles, más centradas en la adaptación a nuevas circunstancias que en las necesidades del momento.

Conclusión

Ante un entorno cambiante, la principal actividad de un líder es la toma de decisiones. Para tomar decisiones correctas, la capacidad más deseada consiste en tener buen criterio. El mejor criterio es aquel que tiene una perspectiva amplia. Y ésta, finalmente, solo se obtiene con visión sistémica.
Aplicado a los responsables de equipos ágiles y colaborativos, éstos, no deberían perder nunca la perspectiva del conjunto, o de la evolución de las interrelaciones de sus miembros dentro y fuera del equipo.
Cuantas personas, conservando intactas sus capacidades, reaccionan de manera diferente en un equipo o en otro. Solo desde una perspectiva sistémica podemos realmente añadir buen criterio al proceso y conseguir resultados de equipo.
Aprender y adaptarse en un mundo cambiante no solo es un tema relacionado con la iniciativa y la tolerancia al error. También lo es con la probabilidad de acierto y eso, entre otras cosas, depende de la visión sistémica.

Referencias

  • Adam, H., Obodaru, O., Lu, J. G., Maddux, W. W., & Galinsky, A. D. (2018). The shortest path to oneself leads around the world: Living abroad increases self-concept clarity. Organizational Behavior and Human Decision Processes, 145, 16–29. https://doi.org/10.1016/J.OBHDP.2018.01.002
  • Kim, Daniel. H. (2017). The Link between Individual and Organizational Learning. En David. A. Klein, The Strategic Management of Intellectual Capital. Routledge. https://doi.org/10.4324/9780080517926 (Amazon)
  • Zamora Enciso, R. (2010). Competencias Socio-Emocionales: Su Desarrollo a Través del Juego y la Simulación. Barcelona: Lulu.com (Amazon)

Créditos
Photo by Arzu Cengiz on Unsplash (link)

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