Un entorno complejo

Un entorno cada vez más complejo

Definiremos sistema como un conjunto de elementos interrelacionados e interdependientes. Definiremos pensamiento sistémico como la disciplina que permite visualizar esas interrelaciones. El pensamiento sistémico ofrece una perspectiva holística porque los sistemas son cualitativamente diferentes a la suma de sus partes (Kriz, 1998). Los sistemas poseen características de las que carecen sus partes, el pensamiento sistémico aspira a entender esas propiedades en función de las partes del sistema y sus interacciones.

El profesor Jay W. Forrester, en la conferencia “Diseñando el futuro” que ofreció en la Universidad de Sevilla, el 15 de diciembre de 1998 definió de manera sencilla la dinámica de sistemas cuando dijo “Durante los últimos 30 años he estado desarrollando un campo conocido como dinámica de sistemas. La dinámica de sistemas combina la teoría, los métodos y la filosofía para analizar el comportamiento de los sistemas.”, ”la dinámica de sistemas usa conceptos del campo del control realimentado para organizar información en un modelo de simulación por ordenador…, la simulación resultante revela implicaciones del comportamiento del sistema representado por el modelo.”

Tres conceptos son por lo tanto básicos para entender la dinámica de sistemas, el propio concepto de sistema, el concepto de modelo y el concepto de simulación por ordenador.

Definiremos sistema complejo (entorno complejo), como aquel que precisa de gran cantidad información para ser descrito. Los sistemas complejos presentan un comportamiento que puede ser en muchos casos, precisamente opuesto al que sería intuitivo esperar A este comportamiento Forrester lo denomina contraintuitivo. La intuición que preside el análisis de los sistemas se ha elaborado a partir del análisis de sistemas simples por lo que las conclusiones que se extraen de la aplicación de esta intuición a sistemas complejos puede llegar a resultados exactamente opuestos a los que aparecen en la realidad. (Rodríguez Valiente, 2000).

Cuando nos enfrentamos a un entorno complejo, puede ser útil considerar un simple aunque poderoso diagrama desarrollado por Bob Armstrong. Este gráfico crea cuatro cuadrantes usando cuatro conceptos continuos:

  • Racional /Intuitivo
  • Calibrado /No-calibrado (Cuantitativo /Cualitativo)
  • Pocas variables /Muchas variables
  • Un decisor /Muchos decisores

Obviamente cualquier agente social preferirá trabajar en el cuadrante I aunque normalmente estará situado en los cuadrantes II y III. Cuanto mayor sea el grado de complejidad del entorno y mayores las interrelaciones, más nos acercaremos al cuadrante IV donde ya no será posible la aplicación de políticas simples, lineales o centradas en el manejo de los elementos de forma individual. Por el contrario cobrarán importancia los conceptos que gobiernan los sistemas, “las señales débiles” tomadas como indicadores y el manejo de las propias relaciones.

Diagrama de Armstrong/Hobson

Entender el entorno complejo

El concepto de juegos /simulaciones reúne conocimientos de varias disciplinas científicas e intenta hacer comprensibles estas realidades complejas. El juego /simulación ayuda a comprender contextos dinámicos complejos y, por esta razón, es ideal en la formación para adquirir competencias sistémicas. Permiten romper las formas sociales de organización, rígidas, rigurosamente jerárquicas, constituyendo grupos responsables de sí mismos, permiten desarrollar la flexibilidad, el diálogo y la creatividad, enfatizan la iniciativa personal, favoreciendo la auto organización de los grupos y los modelos de comunicación basados en la competencia de sistemas. (Kriz & Rizzi, 1998).

Paradigma de los “Juegos Serios’ (Duke, R., 1998)

A lo largo de la historia, muchos son los estudios que han demostrado la idoneidad de la disciplina de los juegos /simuladores en la comprensión de los sistemas. En su investigación para la tesis de doctorado, Willy Kriz analiza a 125 personas sirviéndose de una serie de pruebas destinadas a averiguar los conocimientos, la personalidad, los intereses, los estilos de interacción, etc. Unos meses antes, parte de estas personas habían participado en un programa destinado a la formación para la competencia de sistemas que se basaba en la simulación y el juego. La diferencia entre unos y otros consistió en que los primeros afrontaron mejor el riesgo y las situaciones dudosas, promovieron un uso más sostenible de los recursos, crearon unas estructuras de comunicación y unos grupos de trabajo más eficientes, se interesaron más por el propio desarrollo del grupo y por las relaciones de cooperación entre sus miembros, propusieron una discusión, una definición de los papeles y un reparto del trabajo más detallados; finalmente, unas soluciones para mejorar el proceso en su conjunto.

Conclusión

Entendemos la complejidad como el número de variables multiplicado por el número de conexiones. En entornos controlados, ambos son bajos y las situaciones se pueden optimizar y pronosticar. Los cálculos y proyecciones se complican cuando aumentamos las variables a considerar o las relaciones y dependencias. En estos casos, trabajamos con hipótesis que nos permiten visualizar posibles escenarios. Dependiendo de la realidad y de lo cerca que esté de uno de estos escenarios planificados, aún podremos desenvolvernos con cierto grado de certeza y seguridad.

La verdadera dificultad aparece cuando las variables y conexiones son tan numerosas que es imposible proyectar datos o encontrar explicaciones basadas en la historia.
Aquí, la perspectiva sistémica es crítica y donde las simulaciones pueden facilitar la comprensión de conceptos y la visualización de soluciones.

Referencias

  • Duke, R. (1998) The Gaming Discipline as perceived by the Policy and Organization Sciences. Gaming/Simulation: for policy development and Organizational Change. Tilburg University Press, pp.21-27
  • Kriz, W (1998), Training of systems Competence with Gaming/Simulation in Gaming/Simulation: for policy development and Organizational Change. Tilburg University Press, ch. 39
  • Kriz, W. & Rizzi, P. (1998) Simulación y juego para el desarrollo de los Recursos Humanos. Los Juegos de Simulación: Una Herramienta para la Formación. 25, 131-137
  • Rodriguez, P (2000), Metodología Dinámica para el Análisis de Sistemas Sociales y Económicos. www.cacit.com

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